El exgolero mundialista trabaja desde el año pasado como preparador de arqueros en Barcelona de Guayaquil. Desde Ecuador relata su experiencia en el cuerpo técnico de Guillermo Almada y su visión de la profesión de entrenador, donde se proyecta a futuro.
-¿Cómo ha sido este inicio de esta primera experiencia fuera? Ya conocía al DT de tu época de jugador, pero siempre debe ser distinto llegar a otro país a trabajar…
-Ha sido muy grata la primera impresión de venir a trabajar al extranjero, algo que hace tiempo que la andaba buscando. En el 2015, Guillermo Almada me pidió trabajar con él, como asistente técnico, pero como estaba en el fútbol joven de la selección no me quise mover. Pensé que me podía quedar en la selección y así estaba más cerca de trabajar en la adulta como entrenador de arqueros. Después me fui desarrollando, hice el curso de entrenador, y la verdad es que la experiencia en Ecuador ha sido muy buena, he sentido mucho respeto de parte de todos hacia mi trabajo. Sé que soy un embajador en este momento, así es que estoy con muchas ganas. Me siento muy bien acá.
-Estar en Barcelona de Guayaquil es un desafío importante, considerando que es un equipo grande de Sudamérica. ¿Cómo influye eso en el trabajo día a día? ¿Cómo se va proyectando y planificando cada semana con Copa Libertadores por ejemplo?
-Sabiendo lo que es Barcelona en Sudamérica y acá en Ecuador, el 80% es de Barcelona. Sabía a lo que venía, considerando también que había Copa Libertadores. Surgió el problema con Conmebol, que todavía es noticia en todo el mundo con las inscripciones…nos sentimos muy perjudicados como club, porque se armó un equipo como para pelear la Copa. Ganamos nuestros dos partidos a Defensor de Uruguay y por motivos reglamentarios o de escritorio no pudimos pasar. La planificación durante la semana varía mucho comparado con Chile. Acá partimos a las 7 de la mañana por un tema de humedad y calor. El equipo llega a las 7 a tomar desayuno y a las 8 ya estamos trabajando. Las exigencias del profe Guillermo son altas, por eso es uno de los técnicos más capacitados y lo quieren de muchos equipos. Así también yo me hago esa exigencia en mi labor. Me toca trabajar como técnico de arqueros, quiero ser el mejor en lo que hago y por lo tanto le hago la exigencia a mis arqueros.
-¿Cómo proyecta su carrera como entrenador de arqueros? Pocos en Chile tienen la experiencia que tiene…
-Siempre me he proyectado a ser el mejor en todo. Cuando estuve en Chile, por ejemplo, el año pasado la experiencia que tuve junto Rodrigo Pérez, cuando fui su asistente. En algún momento estuve como DT en Independiente de Cauquenes también. Busqué mucho la posibilidad de dirigir en Tercera A, quise tener mi club, pero siempre encontré muchas trabas en Chile. Presenté un proyecto a la ANFP, a principios de 2016, para trabajar con los arqueros en el Fútbol Joven, pero tampoco tuve respuesta. Mandé proyectos, quise trabajar con Bielsa, quise trabajar con Sampaoli, pero no se me dio. Día a día me reinventé, hasta que surgió esa posibilidad de ir a Cobreloa.
COLEGIO DE ENTRENADORES
«En algún momento me quise acercar también al Colegio de Entrenadores, siento que podemos hacer muchas cosas, siento que tenemos muy pocas oportunidades también en Chile, muy pocos entrenadores son los que salen al exterior. Es muy difícil, pero siento que tengo la capacidad, el conocimiento y estoy preparado.»
Para trabajar como técnico de arqueros, lo quería hacer en un club grande. En un momento se dio la posibilidad de ir a O’Higgins, cuando vino Facundo Sava como entrenador…pero no sé qué pasó. Me hablaron para ir y después nadie me llamó, no sé qué habrá pasado. Después opté por trabajar como entrenador: Independiente de Cauquenes, dirigir la sub 19 de Barnechea en 2016. Ahí seguí buscando hasta que apareció Cobreloa: lo tomo como una buena experiencia, buen aprendizaje. Después de Cobreloa me contactó Guillermo y me dijo que estaba la posibilidad de venir a trabajar como técnico de arqueros. Sabiendo lo que es Barcelona y las instancias internacionales en que estaba la tomé, pero sabiendo como es esto: aprendizaje día a día y si tengo que ser el entrenador número uno tengo la capacidad, tengo el conocimiento, estoy preparado. Para eso estudié tres años en el INAF y saqué mi licencia Pro también.
En algún momento me quise acercar también al Colegio de Entrenadores, siento que podemos hacer muchas cosas, siento que tenemos muy pocas oportunidades también en Chile, muy pocos entrenadores son los que salen al exterior. Es muy difícil, pero siento que tengo la capacidad, el conocimiento y estoy preparado. En este momento soy el entrenador de arqueros del Barcelona y quiero ser el mejor, pero no pierdo las esperanzas de poder desarrollarme como entrenador, ya sea acá en Ecuador, en Paraguay o en Chile, donde sea. –
SOBRE LOS ENTRENADORES CHILENOS
«Se hace muy fácil a cualquier técnico extranjero que llega a Chile sin haber dirigido y sin haber jugado. A nosotros se nos hace muy difícil. Siento que nos queremos muy poco. Y como pares, yo creo que nos queremos muy poco también.»
-Desde afuera se ve como que en Chile no se valora mucho a los entrenadores chilenos en general, eso es algo repetido ¿Cree que esta experiencia pueda servir para regresar con mayor preparación aún quizás en el futuro a ser parte de un cuerpo técnico de un equipo grande (que todavía no te ha tocado) o quizás la misma Selección Chilena?
-La idea es seguir siendo parte de este cuerpo técnico, hemos conversado bastante con Guillermo del tema. En Chile les escribí a todos los clubes para poder trabajar como entrenador de arqueros y casi siempre encontré la respuesta de que no tenía experiencia. Tengo 52 años y 20 años como jugador profesional. Después del retiro de 2005 me he preparado día a día. Dirigí fútbol amateur, fútbol universitario, fútbol joven y fútbol femenino. Trabajé en INAF como entrenador del fútbol femenino, he sido ayudante técnico, he sido técnico de arqueros y encuentro que es muy fácil la respuesta en Chile cuando te dicen ‘no tienes experiencia’. Por otro lado se hace muy fácil a cualquier técnico extranjero que llega a Chile sin haber dirigido y sin haber jugado. A nosotros se nos hace muy difícil. Siento que nos queremos muy poco. Y como pares, yo creo que nos queremos muy poco también. Yo no te digo que tienes que ayudar a todos, pero sí tienes que ayudar al que tiene capacidad. Siento que a veces el que tiene capacidad es el que tiene más dificultades, es al que sacan, al que no quieren. Siento que los empresarios y los dirigentes buscan un desarrollo más personal que el desarrollo del club.
Hoy me encuentro en Barcelona y no vine por dinero: quiero alargar el rendimiento de Máximo Banguera, quiero mejorar el rendimiento de Frascarelli. Hay dos chicos que quiero que sean arqueros de Ecuador y eso es lo que quiero dejar. Siento que en Chile se trabaja día a día, partido a partido. Nadie busca un proceso. Me tocó trabajar en Independiente de Cauquenes como entrenador y lo único que quería era formar el fútbol joven, trabajar a largo plazo, pero a los cinco meses me querían echar y no me querían pagar. Fue lamentable, pero está bien y es parte del proceso. Se mete gente al fútbol que no tiene la capacidad y no tiene el conocimiento. Hay mucha gente al medio, pero todos se preocupan del dinero. Nadie se preocupa del fútbol joven y es ahí donde está el futuro.
Siento que los empresarios y los dirigentes tienen el poder y cuesta mucho poder integrarse a los equipos. Esperaré el momento. Hoy soy el entrenador de arqueros de Barcelona y siento que soy el embajador de los entrenadores de arqueros de Chile y hay un respeto hacia mi aquí que es muy grande. Si después me toca ser utilero, quiero ser el mejor.
Me ofrecieron gerencias técnicas después de salir de Cobreloa, pero dije que no. Ya lo había hecho. Fui gerente técnico en Curicó, en Colchagua, de Unión Temuco y aún así “no tengo experiencia” para muchos clubes en Chile. Pero como digo yo, siempre hay un momento, en Chile hay muy buenos entrenadores, gente muy capacitada. A nosotros nos tocó ir a Cobreloa con Rodrigo Pérez, que tiene una capacidad y un conocimiento increíble, y siento que los dirigentes nos llevaron para echarnos. Así es la realidad del fútbol chileno: no se valora y no se respeta.
