Una de las zonas más desconocidas de Latinoamérica sigue siendo el Amazonas, sector generalmente asociado a Brasil, pero que recorre 9 países del continente. Entre ellos está Perú, país vecino a Chile, donde un entrenador de Concepción vive por estos días una aventura.
Se trata de Rodrigo Pincheira, titulado del INAF, de la sede Concepción, que en marzo llegó a Bagua, una ciudad de 28 mil habitantes que está en el extremo norte peruano. «Yo además de entrenador soy preparador físico y técnico deportivo. Trabajé primero en Deportes Concepción y luego con un compañero (Sebastián Acevedo) en el proceso de formación de Fútbol Joven de Fernández Vial. Cuando terminé ahí, comencé en Deportes San Pedro, como analista de Miguel Ardiman, que era el DT. Ahí llegó la pandemia y quedó todo suspendido. En ese momento seguí en mis cosas personales y tuve la oportunidad de conocer al encargado del club donde estoy ahora en unas conferencias online en que participé».
VIAJE A LA AVENTURA
En 2020, después de que quedaran suspendidos sus espacios laborales, Pincheira participó del Congreso Internacional para Entrenadores de Fútbol, organizado por Reinerio Márquez y Andrés Muñoz. En dicho contexto conoció a entrenadores y se contactó con algunos dirigentes peruanos durante 2020. «Hasta que llegó este 2021 y decidí tomar mis maletas y venirme. Vine a la suerte directamente. Tenía un contacto que me ayudó a quedarme en Lima y al segundo día estar en Lima me llamó el profesor William Quiroz. Él me comentó que había un club que quería armar divisiones para participar en competencias oficiales, de fútbol base, de la asociación peruana y también participar en Copa Perú.»
«Me presentaron el proyecto y acepté, lo fui a conocer personalmente a William a la ciudad de Kimbiri. Él tiene una academia allá, es bien reconocido por esos lados. Es un fútbol que se juega en otras condiciones: tuvimos que hacer sesiones de entrenamiento en zonas alejadas de la ciudad, en zonas de muy difícil acceso y ahí hay niños que juegan fútbol. Es una experiencia muy grata, reconfortante y que me puso orgulloso, recordé muchos momentos», explica.
LLEGADA A BAGUA
«En marzo llegué y ahí comenzamos con todo lo que planifiqué en Kimbiri con el profesor. El club Real Bagua estaba en cero. La idea de este 2021 era formar las categorías, lo máximo que se pudiera considerando la pandemia, para que cuando se abriera todo pudiéramos trabajar de forma más o menos normal. La verdad es que en estos meses que llevo acá ha sido un éxito: en estos cuatro meses tenemos todas las categorías, comenzando desde la sub 6 hasta los juveniles, con un promedio de 15 jugadores por categoría y teniendo en cuenta que acá se juega futbolito, cancha de siete contra siete hasta los 12 años».
PLANIFICACIÓN
«Cuando llegué lo primero que dije fue que teníamos que trabajar sobre la base de una planificación que estuviera de acuerdo al proyecto deportivo. Hemos trabajado desde lo que yo entiendo como concepción de fútbol. Y hemos ido planificando en macrociclo anual, tenemos mesociclos, y microciclo semanal. Semanalmente estamos trabajando un principio de juego. Mientras tanto estamos trabajando en una cancha que no es nuestra, a la espera que reparen nuestro estadio, pero ya tenemos más de 100 niños. Acá soy el único entrenador con licencia y eso les ha interesado»
DIRECTIVA
«Han ido incorporando mis planteamientos, hay varios profesores, gente que entiende cómo se trabaja con niños y eso ha sido un gran acierto. Esperamos que siga creciendo, es un proyecto a cinco años y la idea es tener equipos en todas las categorías, incluyendo el primer equipo.»
CIUDAD
«Es pequeña, es una ciudad preocupada principalmente de la agricultura, del arroz, la fruta. Acá es un clima privilegiado, en el Amazonas, pero fue tragicómico, porque yo al ser de Concepción traje ropa abrigada y acá hay que andar con short. La gente anda con pantalón corto y polera, muy poca anda con zapatos, los niños todavía acá juegan descalzos. La gente es muy acogedora, muy amable cuando tú los respetas. Yo siempre he tratado de respetar y no pasarlos a llevar. Nosotros venimos de una cultura distinta, yo vengo directamente de la ciudad. Acá los hábitos alimentarios son distintos, los horarios también. La gente comienza a trabajar desde las cuatro de la mañana. A veces voy a tomar desayuno a las nueve y eso acá es tarde. Algunos almuerzan a las 11 o 12 del día».
FAMILIA
«La verdad es que estoy solo por ahora, esperando que las cosas mejoren porque yo me vine a aventurar acá. Tengo una hija de seis años, que se llama Julieta y no la he visto en todo este tiempo. Ha sido complicado, pero esto es así, a los que nos gusta esto y nos apasiona, sabemos que tenemos que hacer sacrificios. Ese es mi sacrificio y lo acepto».
PROYECCIÓN
«Estoy enfocado en esto 24/7, esperando que las cosas mejoren, poder trabajar con normalidad, que tengamos la posibilidad de participar en torneos abiertos, donde la gente pueda ver a sus niños, esperando que esa parte mejore acá en el Perú, porque en Chile ya se están abriendo todas las actividades. En el futuro esperar que el club pueda seguir avanzando, que podamos estar en Copa Perú el año que viene. Siempre estoy tratando de hacer las cosas bien en mi trabajo, para hacerme un nombre, ser reconocido y poder en el algún momento futuro volver a mi tierra y trabajar en un proyecto que esté más cerca de mi familia. Tengo claro que todavía me falta mucho recorrido para eso.»